sábado, 14 de febrero de 2015

TLP y Esquemas Primera parte

La terapia de esquemas es muy atractiva para trabajar con personas que ya son mayores y que si bien no evidencian todas las características de un trastorno de personalidad límite (o de otro tipo), mantienen dificultades en la vida emocional diaria, secuelas que no permiten diagnosticar del trastorno, pero que siguen ahí, como el poso del café al fondo de la taza.

En el caso de trabajar con personas jóvenes diagnosticadas hace poco tiempo, los modelos cognitivos conductuales y la DBT me parecen muy efectivos, porque facilitan la normalización de las conductas diarias, que es de lo que se trata con las personas jóvenes, que recuperen su vida y no la dejen a merced de las emociones invalidantes que les atormentan.

En el párrafo anterior pienso en jóvenes que tienen trastornos de alimentación, despersonalización, intentos autotélicos, lesiones... donde el tratamiento conductual se impone, junto con las claves que desde las terapias cognitivas puedan facilitarse.

El profesor Edgar Rodríguez Víchez hace una presentación clara y concisa de los principios de la terapia en su artículo La terapia centrada en esquemas, de Jeffrey Young.

http://www.unife.edu.pe/pub/revpsicologia/edgarrodriguez.pdf

En los supuestos por los que Jeffrey Young dedicó tantos años a desarrollarla, destacan los siguientes:

  • A veces no se pueden aislar los problemas del paciente de forma clara (no hay una técnica conductual, un registro, un procesamiento cognitivo específico...) por lo que no se pueden tratar como tales.
  • La relación de colaboración psicólogo-paciente es muy difícil en el caso de los trastornos de personalidad límite.
  • Los patrones de conducta y cognitivos se pueden cambiar, pero a veces no cambian y la experimentación es insuficiente.

De alguna forma esto llevó a desarrollar una terapia basada en otras muchas, que si bien tiene una fuerte carga de TCC (Terapia Cognitivo Conductual), se alimenta de Gestalt, Apego, Dinámica y otras fuentes.

Algunas cosas que señala el profesor es que la terapia de esquemas:

  • Evita la confrontación (si has visto el programa de Pedro Aguado, Hermano Mayor, él utiliza constantemente la confrontación y lleva al límite a sus clientes).
  • La carga afectiva en las sesiones es muy elevada, no se queda en el intercambio de información sobre un protocolo de tareas semanales.
  • Se centra en lo que se denomina el Esquema Disfuncional Temprano, para conocer los orígenes del funcionamiento actual.


 ¿Qué es un esquema disfuncional?

Veamos un caso que extraigo y traduzco del libro Schema Therapy, del creador del modelo de terapia del que hablo.

Martina, que tiene un marcado esquema IMPERFECCIÓN /VERGÜENZA,
procedente, pricipalmente, de la percepción que tiene de su infancia y de la que dice: Mi madre no quería nada de mi, no me encontraba valiosa; no era guapa, no sobresalía, no era popular; no tenía personalidad, no sabía vestirme para destacar. Era inteligente, eso sí. Pero a mi madre no le era suficiente, esperaba otra cosa de mi, que yo no podía darle.

Martina ha cumplido 31 años y está en terapia. Tiene muy pocas amigas y su novio le ha presentado a una mujer que es muy popular organizando fiestas para solteros y que le ayudaría a establecer nuevas relaciones y sentirse cómoda con otras personas. Pero dice, "Me siento fatal en su presencia, torpe, siento que no le gusto y eso me hace sentir incluso peor. Ella, por contra, me encanta, me parece una mujer que tiene muchas de las características que me gustaría desarrollar en mi, pero no me veo próxima a ella; sé que no lo voy a conseguir".

Las principales características de los esquemas disfuncionales que se nos pegan al cerebro y parece que no podemos desprendernos de ellos, son, entre otras:


  •  Se auto-perpetúan, porque actuamos con ellos y "funcionan", se convierten en profecías autocumplidad. Por ejemplo, como no le caigo bien me alejo, me olvido, rechazo su amistad. Como soy yo quien no quiere nada, al final mi aparente desprecio provoca el suyo; se confirma que no caigo bien.
  • Se resisten al cambio, porque se basan en "verdades como puños".
  • Despiertan mucha polaridad de afecto, son muy "sentidos, muy internos", porque se basan o se desarrollaron a partir de experiencias con personas muy significativas para nosotros, los padres, los hermanos, familiares, amigos...


En las experiencias vitales tempranas reside todo, para este autor y para sus seguidores, lo que tiene sus raíces en la psicología evolutiva y en el psicoanálisis.

Jeffrey Young sugiere que las emociones sanas necesitan responder a estas variables:



El profesor Edgard Rodríguez dice en su artículo: Hemos observado cuarto tipos de experiencias vitales tempranas que promueven la adquisición de esquemas [desadaptativos].

1. La frustración tóxica, cuando de niño experimentas muy poco de algo MUY BUENO. Puede dar lugar a esquemas de Abandono e Inestabilidad, de Carencia Emocional.
2. La traumatización, cuando el niño es criticado, se le daña, se le controla en exceso, se le victimiza. Aparecen con posterioridad esquemas de Imperfección, Desconfianza /Abuso, Vulnerabilidad.
3. La experimentación excesiva, cuando el niño es un mimado y tiene demasiado de algo MUY BUENO. Puede desarrollar esquemas de Derecho, de Dependencia.
4. La interiorización o identificación selectiva, cuando por algún motivo el niño adopta patrones, esquemas poco adaptativos que proceden de alguno de los adultos o de las figuras de referencia para él. Por ejemplo, recoger las fobias, los temores del padre o la rigidez y el desprecio de la madre, o la vulnerabilidad de ambos frente a la vida. Los interioriza, los hace suyos y se transforman en su esquema de referencia.

A todo lo anterior se le une el temperamento, que viene de serie en cada uno de nosotros y que es difícil de tratar en terapia. Por ejemplo la ansiedad, la irritabilidad, la agresividad, pero también el optimismo, la quietud o tranquilidad, la sociabilidad, la alegría...

Aparecen cinco dimensiones de esquemas, cada una de las cuales contempla y desarrolla algunos. El modo de trabajo en las sesiones es a partir del esquema identificado y el desarrollo de actividades durante y fuera de la terapia que palíen sus efectos.

Estas dimensiones son:


  • La desconexión y el rechazo, que se da en personas que sufren carencias en la infancia, que viven en ambientes desequilibrados.
  • El perjuicio en la autonomía y en el desempeño, cuando se trata de ambientes protectores a la par que complejos.
  • Los límites inadecuados, padres muy indulgentes o ausentes, por lo que se sienten superiores ante los demás, les falta disciplina en la adultez, autoritarios con los otros.
  • Tendencia hacia el otro, cuando durante la infancia sus necesidades quedaban supeditadas a las de los otros, los adultos, los hermanos mayores o pequeños, a los otros.
  • Sobrevigilancia e inhibición, cuando se es educado en una familia perfeccionista con un potente código de conducta basado en la religión o en otros principios.


En el tratamiento o terapia por esquemas (que puede combinarse con otras técnicas procedentes de otros modelos de terapia, mientras sean asumibles por el cliente /paciente y no obstaculicen el progreso terapeútico)se trabaja sobre:

- Qué perpetúa el esquema, qué se obtiene al mantenerlo y cuáles son sus disparadores, qué lo refuerza.

- Cómo curarse del esquema. Aunque en este aspecto, los terapeutas asumen que más que hacer desaparecer el esquema lo que se logra es que no esté presente constantemente y, además, que el cliente /paciente disponga de herramientas para volverlo a encerrar en la caja de los recuerdos.

Un modelo de terapia muy atractivo, con el que las personas que fueron diagnosticadas de TLP y están fuera de peligro, salvo recaídas, se pueden encontrar a gusto trabajando, por la solidez de sus planteamientos y por la necesidad que tenemos de cerrar la brecha con nuestro pasado y de aliviarnos de la carga.

(Si tienes curiosidad o necesidad de hablar de ellos o contactarme, pues deja un mensaje o usa el vínculo de arriba)





 

2 comentarios:

  1. La idea de que no se puede curar el trastorno límite está muy arraigada entre los psicólogos y los psiquiatras. Quizás es que no se trata de una enfermedad, sino de un modo de ser, ¿no? Entonces, se podrá trabajar en dulcificar o limar las aristas de esas conductas, más que en cambiar lo que en esencia es así.
    Me gusta esta terapia, aunque parece más psicoanálisis que otra cosa. Eso, un psicoanálisis que le pone nombre a las cosas.

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  2. http://www.sin-limite.org/ En la página de Sin límite he ppublicado esta entrada para que quien lo desee busque su (s) esquema (s)
    El artículo en pdf que he señalado en la entrada del blog contiene los esquemas del modelo y otro aspecto que llamaron modalidades. http://www.unife.edu.pe/pub/revpsicologia/edgarrodriguez.pdf Un modo de localizar aquel o aquellos esquemas que pueden estar funcionando en mi sería: 1. Pensar en una situación donde yo actuara de un modo que me gustaría cambiar. 2. Recoger en un papel qué personas estaban. 3. Escribir esquemáticamente qué es lo que sucedió. 4. Escribir también los sentimientos que me despertó la situación, los primarios y los secundarios (lo explico más abajo). 5. Escribir, esquemáticamente, cómo actué. 6. Escribir, esquemáticamente, las consecuencias, para mi y para quien estuviera allí, porque serían distintas. Luego buscas en el artículo entre los esquemas y si te animas, entre las modalidades, que aparecen a partir de la página 8 (la 66 del artículo, porque procede de una revista). Emociones (sentimientos) primarios. Son los que me dispara la situación. Por ejemplo, entro en el portal y antes de llegar al ascensor surge alguien del hueco de la escalera; me da un susto y me altero, siento miedo. Emociones (sentimientos) secundarios. Cuando reconozco a la persona del hueco de la escalera, siento vergüenza por ser tan asustadiza y rabia hacia ella por haberme hecho sentir avergonzada y le digo, con rabia: A ver si te pones cascabeles, que menudo susto que me has dado". Sentimiento primario: Miedo. Sentimientos secundarios: Vergüenza y rabia. He puesto emociones (un sentimiento es una emoción mantenida en el tiempo, así que pueden catalogarse como del mismo rango) negativas, pero a lo largo del día, salvo en la depresión profunda, sentimos más emociones positivas que negativas. Aunque éstas últimas tienen "más pegada". Besos

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