Esas mismas zonas son las que también se iluminan cuando accedemos a ellas con los modernos equipamientos,
Así que no andamos tan desencaminados cuando afirmamos que del amor al odio hay un solo paso o poco camino.
Algunos personajes paradigma de cada sentimiento |
Nos pueden reconcomer por dentro y lo curioso es que nos es más fácil perdonar un desliz sexual con otra persona que pequeñas bobadas diarias como que nuestra pareja deje la ropa sucia en cualquier lugar o que no recoja la cocina o la mesa con la asiduidad que le demandamos.
Imagen procede de esta página americana |
Tomada de la misma página anterior |
Hay un ejercicio bonito que se denomina tú lo tienes yo lo quiero y que os puede ser de utilidad para reducir el ruido que os pueda provocar alguno de estos sentimientos.
Concentraros en una cuestión que os consuma por dentro, de celos o de envidia o de odio.
Considerar qué os ha llevado a querer lo que tiene el otro. Deciros: lo quiero, yo lo quiero, quiero su paz o su dinero o su sentimiento de, lo que sea. Quiero eso, también puede ser algo así como quiero castigarlo.
Ahora quedate en ese sentimiento por unos momentos.
Piensa que tienes delante a esa persona, que te provoca los celos, el odio, la envidia y haz el esfuerzo de ponerte en su lugar, durante al menos dos minutos de tiempo: siente como piensas que siente, piensa como sientes que piensa, sé ella durante este tiempo. Ahora toma conciencia de que ella desconoce los sentimientos que te despierta. ¿Puedes reducir el sentimiento que te despierta hasta que sea apenas un recuerdo de algo que ocurrió antes que ahora, en el pasado?
A lo mejor es tiempo de dejar que se vaya el pasado.
Saludos.
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