55.000 personas en el programa Psicología Positiva de Barbara Fredrickson en Coursera

La espiral ascendente

Cuando empezamos a entender en qué consiste esto de ir de otra manera por el mundo, cómo nos puede ayudar la amabilidad, el sentido de la solidaridad con el próximo, no exclusivamente con la próxima escuela que Oxfam inaugurará en Chad, las cosas empiezan a fluir un poco más.

En el programa de Psicología Positiva, dirigido por la doctora en psicología y profesora Barbara Fredrickson, se han apuntado 55.000 personas. La psicología positiva tiene tirón. Junto con sus libros y vídeos y clases "en directo", con otros miembros de uno de los departamentos de psicología de la Universidad en la que imparte, ha compartido algunas herramientas que son muy útiles para comenzar en esto de hacer una lectura distinta del día a día, de la relación que tenemos con los otros y de las maneras de ayudarnos, si no para ser más felices, al menos para que la amabilidad comience a invadir el modo en que nos expresamos con los otros y nos hablamos interiormente.

Resumen de las herramientas

 El documento para realizar un análisis quincenal de tu ratio emociones positivas /negativas y considerar qué beneficios puedes obtener al cambiar de perspectiva, lo encuentras aquí. Se llama Test de emociones positivas, está casi al final de la página y te servirá para llevar un registro durante dos semanas.

Todos los días no son iguales, ni conseguimos una paleta de color que nos impacte; de hecho, la paleta está compuesta por tonos grises en numerosas oportunidades.

Pero hay cosas que ayudan y estas son algunas de las que habla la gente que asistió al curso de Barbara Fredrickson.

- Me sorprendió lo bien que me sentó abrazar al perro que me había provocado una sonrisa momentos antes; hasta el punto de que me animé a ayudar a una señora mayor, lo que no suelo hacer porque jamás me entretengo con los extraños, que ya tengo bastantes de ellos en el hospital, porque soy enfermera. La espiral ascendente me está funcionando estos días. Es peligroso, porque es una sensación adictiva.

- A lo largo de la semana busqué la conexión con el mundo, como me habían recomendado, no tanto espiritualmente, cuanto eso, encontrar el momento en el que te sientes en sintonía con alguien y lo he ido consiguiendo. Además, las personas, en cuanto descubren el tono con el que llegas, se abren, te aportan más cosas y lo que te dan suele ser muy satisfactorio. En clase me sucedió algo verdaderamente abrumador. Uno de los niños rompió a llorar, desconsolado y al terminar se abrazó a mi y me dijo, tú eres un ángel que me han enviado. Mi presencia, cuando normalmente les dejo solos hasta que se les pasa la rabieta, le ayudó.

- Es agotador conectar con los demás y llevo una semana agotada, tratando de recordar la necesidad de encontrar los micro momentos de conexión con los otros, especialmente si son extraños. Para mi, que suelo concentrarme en lo que hago y ser más bien arisca, ha sido un cambio tremendo, un desgaste continuo, porque, al ser, también, muy perfeccionista, si no me sale bien el micro momento con los otros, el preciso instante en que conectas socialmente, no cuenta, así que algunos días he hecho más microconexiones que a lo largo de mi vida. Lo extraordinario es que algunas cosas con otras personas del laboratorio han cambiado y mucho. Así, dos días después de que le preguntara a alguien por un tema personal que le preocupa sinceramente, me ofreció una de sus galletas caseras, cosa que suelo rechazar y que sin embargo no hice. Me encuentro menos tensa y creo que la gente empieza a darse cuenta de que no solo soy la jefa. Bueno, yo me doy cuenta de que no soy la jefa nada más, que tengo otras responsabilidades o calidades o, bueno, que me ha gustado mucho, que me ha servido y que pienso seguir aprovechando estas herramientas: El portfolio de la emoción positiva, la evaluación diaria de los ratios, la meditación KLM, los micromomentos, la gratitud por las cosas, las circunstancias-evaluación de la situación, seguiré leyendo su libro para poner en práctica.

- Todos los días paseo por el parque, a solas, entre los árboles y las fuentes, busco la paz, encontrarme y serenarme. Pero ahora también me dirijo a otras personas cuando hay ocasión, que siempre la hay, porque pasean al perro o están con el niño pequeño, ocupan un espacio en el banco y llego y me siento. Lo he apuntado en una libreta y es sorprendente que cada día tengo al menos dos conexiones con personas a las que ni siquiera saludaba antes. Todo un cambio y me ha puesto en otra situación respecto del entorno y del mundo. Tengo que rehacer mi portfolio de emociones positivas para sacar partido de ello, para mantener estas pequeñas microconexiones con los otros que tanto bienestar me producen.

Obra del pintor balear Josep Moncada Juaneda

- Toda la semana me he preocupado por buscar estos momentos. Al mirar mi agenda, he comprobado que todo lo que tenía por hacer se refería a las cosas y muy poco a las personas. No es que no cuente con ellas, es que no las considero dentro de lo que hay que hacer, automatizo, desde la llamada a mis padres, que realizo cualquier día en el que tengo un momento, hasta quedar para el fin de semana con algún plan interesante.

- El otro día me ofrecieron el asiento en dos ocasiones en el metro. No sé porqué, soy una persona bastante joven y aunque iba con la maleta y con el ordenador en la bolsa, ¡ah!, y una tercera bolsa de mano, no recuerdo que lo hicieran con anterioridad. Me pregunto si el curso me ha afectado tanto que las personas perciben cómo me siento o cómo voy a las cosas. Una semana extraña y distinta, mejor que otras idénticas. Creo que el curso me está ayudando, provoca que me de cuenta, que atienda a los estímulos que normalmente me pasan desapercibidos.

- Soy introvertida, mucho, así que el curso me ha inspirado bastante; ahora atiendo a las sonrisas y a las miradas y he reducido mi cierto respeto o temor a los otros. Me siento algo más cómoda entre extraños y aunque no pretendo ser el centro de atención ni tampoco sé cómo serlo, entiendo que este curso, con tantos alumnos de todo el mundo, y las herramientas que tan amablemente ha compartido, me ayudarán a relajar las defensas y a ser más yo y menos lo que piensen los otros de mi yo. Sigo adelante construyendo micromomentos.

- He tenido muy malos años, porque la relación amorosa se fue al traste y yo me siento desolada. Este curso me ha ayudado a volver a reencontrar momentos, a sonreír a otras personas del otro sexo, a no enfadarme con cada persona que me mira de esa manera, como que le gustara, al menos en este preciso instante. He sonreído y he conectado, sin que nada sucediera, pero como abriendo puertas para el futuro.

Imagen de la página israelí de coaching Points of You

- Mis días, de algún modo, cambian. Uno de mis suegros me recriminó por no ser tan condescendiente con una de mis cuñadas y la verdad, tenía razón. Cuando caí en la cuenta de todo por lo que ha pasado esa persona y cómo ha salido adelante, entendí mejor su carácter, su aspereza a veces, esa tristeza que parece invadir su cabeza a veces y que se convierte como en tono seco, cortante. Perdí una ocasió el otro día, pero afortunadamente ayer mismo pudimos hablar y le dije cómo admiraba lo que había hecho pese a las circunstancias, y parece que sus ojos cambiaron por esos momentos y como que me veía, que nos veíamos, de nuevo, como miembros de la misma familia. Y fue estupendo y me sentí muy agradecida por el tema del curso y especialmente por las  frases de la meditación. que son las que me ayudaron a conectar con ella, de nuevo: Pueda ella sentirse segura; pueda ella sentirse feliz; pueda ella sentirse sana; pueda ella tener una vida tranquila.
Gracias por el curso, que me ha servido como no puedo expresar.

Supongo que los testimonios y las herramientas despertarán tu curiosidad. Y si has llegado hasta aquí, simplemente mencionar que la espiral ascendente consiste en que cuanto más momentos dulces, de positividad, logras, más momentos llegan y provocas en otros. Y que lo opuesto, la espiral de caida, como ya sabrás, también es cierta. Al final, la psicología positiva consiste en una folosofía de salud frente a la manera enfermiza de vivir que nos imponemos. No funciona como un bálsamo de Fierabrás, pero tiene sus ventajas, Por eso más de 55.000 personas se apuntaron al programa. Porque interesa la salud. Salud[os].