viernes, 20 de marzo de 2015
TAB y TLP en primavera
La primavera invita a florecer, mostrarnos más a los otros, comunicar, reir y florecer, blossomy, nosotros mismos. También es un periodo de sufrimiento para muchas personas, como saben los doctores y los profesionales de la salud mental.
El inicio de los exámenes al término de la estación augura dificultades para muchos adolescentes y jóvenes prepúberes, que se enfrentan a las difíciles decisiones de continuar en su habitación con el libro y los esquemas del cuaderno o echar una partida o dibujar o cuando menos liberar esa tensión cerebral.
Las personas diagnosticadas de trastorno afectivo bipolar tienen, a veces, alguna crisis de carácter depresivo en estos tiempos, cuando la vida, en el ciclo del planeta, eclosiona y la renovación es inminente en la mitad norte de la Tierra.
La mitad sur, espera, mientras crece el otoño en su interior, y se inicia la época del oso, la ralentización y las rutinas. Pronto sus prepúberes iniciarán el curso, más tranquilos que lo terminarán, allá para cuando sus coétaneos del norte lo inicien. Ciclo de arriba y abajo.
En el TAB se sufre en primavera, a veces, aunque la medicación sea la correcta, porque a diferencia de lo que sucede en el TLP -todo son siglas y en inglés hasta las palabras y expresiones convencionales se convierten, también, en ellas, como un recuerdo de los SMS y la necesidad de entonces de ahorrar en ellos- su respuesta a la medicación es bastante buena.
TAB y TLP. Algunas personas afectadas por el segundo mencionaban que no entendían como podía ir al mismo saco la anorexia, la bulimia, las adicciones, la depresión; lo veían como un ejercicio perezoso por parte de los profesionales de la salud mental y como una maniobra de laboratorio para disponer de más clientes para sus medicamentos.
No parecen andar muy desencaminados, salvo por el hecho de que la inestabilidad emocional en sierra (muchas veces y a lo largo del día), el terror al abandono de alguien y el vacío interior están presentes. Los desencadenantes de una crisis en el TLP suelen ser externos, un desencuentro, una ruptura, una negativa, una discusión; en el TAB, internos, surgen como resultado de un estado bioquímico. En el TLP surgen como resultado de un rasgo de personalidad.
Las cosas, no obstante, van cambiando. Al fin y al cabo, contamos tan solo con la palabra para diagnosticar. El hecho de tener mucha experiencia puede incrementar unas décimas el acierto y por otra parte, la probabilidad de que caiga alguien del lado de la bipolaridad TAB o de la personalidad límite, TLP, está como al 50%. La mitad de los profesionales diagnosticaríamos como bipolar a quien es límite y viceversa.
Una cosa importante dentro de las diferenciaciones es que las personas con trastorno límite se benefician mucho de la terapia, pueden mantener una vida casi normal y con algunos apoyos y redes de seguridad (teléfono para consultar en caso de crisis, personas a las que acudir, un terapeuta de guardia, recursos, en definitiva, para alejar el fantasma del abandono, para impedir que el agujero del alma profundice más, gane espacio) prosigue adelante.
Tal vez con medicación, porque el cerebro tiene sus cosas, aunque con el objetivo de retirarla en el tiempo, prescindir de ella, porque un TLP no la necesita para siempre. Un TAB; seguramente, sí.
Como afirman en uno de los enlaces que he dejado en esta entrada; "En cuanto a los rasgos de carácter, señala que los terapeutas que suelen funcionar bien son responsables, algo audaces, orientados hacia la acción y alegres:
"Kernberg y Linehan pueden ejemplificar las cualidades personales de los terapeutas que funcionan bien con los pacientes límite. Ambos son autoritarios, seguros, enérgicos y claros". (...) Ambos terapeutas trasmiten al paciente la sensación de que están presentes, comprometidos y que son indestructibles. El paciente se siente apoyado emocionalmente." (Swenson C (1989): Kernberg and Linehan: two approaches to the borderline patient. J Personal Disord 311:26-35.)
Disfrutad de la primavera, que inicia el ciclo, en el norte; disfrutad del otoño, que inicia el ciclo, en el sur.
Las imágenes son cuadros del pintor Eduardo Malvehy y representan a ciudades europeas y estadounidenses. Baden, París, NY y San Francisco, por ese orden.
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