lunes, 20 de abril de 2015

¿Y si soy un maltratador, aunque lo niegue?



Del Huffingtonpost

"Ojalá pase por una cuarta parte de lo que me ha hecho pasar a mi". 

La víctima de maltrato de género tarda en poder expresarse de esta forma, considera durante tiempo que no puede hacer nada, además suele tener dificultades para mantener el apoyo social que tanto necesita.

Conductas del maltratador (elaboración propia)
¿Y el maltratador? Hay varios tipos de ellos, en general es un sujeto que niega lo que sucede, que no le da la importancia que se le da socialmente y que practica un ciclo de maltrato y arrepentimiento que se perfecciona con el tiempo y en el que la víctima acaba por creer que solo puede ser así la realidad.

Ambos juegan un juego que les compensa de alguna forma; a la víctima, porque desconoce otra realidad, porque llega a sentirse indefensa, haga lo que haga no va a terminar, porque a pesar de que lo intenta, no logra ser mejor, como desea /quiere su maltratador. El maltratador suele escudarse en la educación y en lo que se espera de los hombres.

(Verónica Rodríguez Negro, Dependencia emocional en la mujer víctima de violencia de género y permanencia en la relación de pareja. ISSN 1989-3906)

  • Que sea fuerte y dominante; que sea lógico, que sea racional, que sea caballero pero también conflictivo, que sea cómodo, que sea enérgico...
  • Que ejerza unas profesiones, pero no otras.
  • Que tome las decisiones en la casa, para eso es el macho.
  • Que salga, alterne con los amigos, se realice ahí afuera, sea un ser social, se emocione con el deporte de masas, eluda las cuestiones domésticas de mujeres...


En ese juego de género, donde el hombre se siente cómodo, la víctima acaba muchas veces por aceptar como la única realidad posible, buscando espacios de serenidad en ausencia de su pareja, mientras realiza sus tareas domésticas.

Se habla de dependencia entre víctima y verdugo y se ha explicado desde varios modelos psicológicos. Puede existir un tipo de dependencia asentada en la educación y en el desarrollo diferencial, que lleva a considerarla como rasgo de personalidad en algunas personas de sexo femenino. Por ejemplo, niñas que han sufrido abuso psicológico desde pequeñas por el hecho de serlos y que al haber conocido hombres abusadores, dominantes, machistas, pueden buscar parejas de este tipo, porque desconocen la existencia de otro tipo de personas. Pero el maltrato produce un tipo de dependencia que es más de estado, es decir, que el hecho de sufrir el abuso, no encontrarle explicaciones y no saber cómo detenerlo, sitúa a la víctima en la posición de indefensión y dependencia del maltratador. Sin llegar a ser un Síndrome de Estocolmo, sí ha dado lugar a la aparición del concepto de Síndrome de Estocolmo Doméstico.

Al estudiar a las víctimas de maltrato de género (maltrato por el hecho de que la sociedad potencia /promociona /valora una manera de expresión de la feminidad distinta de la masculinidad, ambas dicotómicas, que puede llevarnos a los hombres a creernos que es eso lo que tenemos que hacer, además de que un maltratador es más cosas, no solo alguien que sigue los valores que le han inculcado. De hecho los maltratadores son delincuentes y como tales están perseguidos por la justicia. No todo tiene  la justificación educativa detrás (especialmente cuando hablamos de maltrato adolescente, por ejemplo, de personas educadas que ejercen maltrato sobre otras por ser mujeres, de hombres nacidos en tiempos donde se nos ha explicado cómo el rol de género hace aguas desde hace décadas y tenemos que cambiar de mentalidad, sí o sí).

¿Y el maltratador? Algunas personas solicitan ayuda, pero, en general, es cuando existe una sentencia firme, cuando la solicitan; hasta entonces, el maltratador encuentra excusas y un procedimiento inicuo para mantener su estatus quo y el de su víctima, que suele funcionar del siguiente modo:

Elaboración propia. Fuente, dentro de la imagen.
El maltratador se cobija en los roles tradicionales, pero no puede evitar sentir algo de remordimiento, siquiera en los momentos en los que solicita perdón.
La terapia no es tan necesaria como la reeducación, para ello se desarrollan programas terapeúticos basados en el reconocimiento del delito y de las conductas del maltrato, el trabajo sobre las variables que desencadenan su respuesta violenta, la regulación de sus emociones insanas y el aprendizaje de nuevas respuestas.

Los programas no funcionan siempre, pero entre ellos y la justicia y la presión social, algunos hombres acabamos reeducados. Lo sorprendente es que un porcentaje alto de los jóvenes de hoy reproduzcan estos esquemas de género tan distorsionados.


Si tienes serias dificultades en tu relación con las personas de tu familia, si eres maltratador o puedes llegar a serlo, te conviene ir adoptando decisiones de cambio. Para dejar de hacerle la vida imposible a otras personas que no pueden depender de ti, aunque lo necesites, aunque creas que tienes ese derecho. Écha un vistazo a los vídeos.





En este otro vídeo también te presento la terapia individual, pero a diferencia del anterior, te explico porqué y qué percepción puedes cambiar en terapia. Te advierto que no se trata de una terapia complaciente, todo lo contrario, demanda un fuerte compromiso con el trabajo interior, el reconocimiento de la responsabilidad y el cambio, a través del esfuerzo diario y la combinación de recursos terapeúticos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog no admite comentarios porque no recoge datos personales.